El gran bombazo de 2022, y eso que acaba de empezar, ha sido el anuncio de la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft. La industria se ha sacudido, y el movimiento ha afectado claramente a la competencia. La que más ha notado la onda expansiva ha sido Sony, porque sus acciones han bajado un 13% en tan solo un día.
Un descenso que, para movernos en los números que tanto están sonando estos días, supone unas pérdidas de 20.000 millones de dólares en bolsa. La competencia directa de Microsoft, o más bien, esa PlayStation que rivaliza directamente con Xbox en el mercado de consolas, ha recibido un buen golpe tras el inesperado movimiento.
Si miramos a la otra grande del sector, Nintendo, las acciones de la casa japonesa apenas se han inmutado. De hecho, crecieron desde los 466,47 dólares por acción hasta los 473,98 a lo largo de la jornada. Al cierre de la actual jornada, han bajado hasta los 465,43 dólares por acción (un 0,3% aproximadamente).
Se desconoce si Sony moverá ficha en los próximos días para recuperar la confianza de los inversores y elevar su valor en el mercado. La compañía estaría planeando el anuncio de su nuevo servicio de suscripción, de nombre en clave Spartacus, pero también tendría entre bambalinas la adquisición de algún estudio o la colaboración con editoras.