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Análisis de Stonefly

El juego de MWM Interactive y Flight School Studio abre sus alas. La historia de Annika llega hoy a las consolas de todo el mundo.

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Stonefly sale hoy a la venta y la historia de Annika ya se puede jugar en todo el planeta. Desarrollado por el premiado estudio independiente Flight School Studio, veamos que nos trae junto con MWM Interactive. Su premisa principal gira en torno a recolectar minerales y luchar contra insectos, siguiendo una historia lineal que da sentido a todo lo que hacemos.

Esta historia nos ubica en un universo en el que los artrópodos han evolucionado, se han humanizado, domesticado, imitado tecnológicamente y, en muchos casos, se han vuelto agresivos, gigantes o peligrosos. En definitiva, un mundo en el que los insectos comparten con los humanos una buena posición en la cadena alimenticia y de poder. Ya os hablamos bastante sobre él, con palabras de sus desarrolladores, en una presentación de la que Hablamos de la presentación del juego, por parte de los desarrolladores, en una presentación de la que os contamos todo.

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Annika, en busca de un "bicho volador tecnológico"

La protagonista de Stonefly, Annika, es una joven hija de un creador e inventor de "bichos voladores tecnológicos" obsesionado con ellos. Un día, la protagonista tiene un arrebato de rebelde; no porque el mundo la hizo así, sino porque, inconscientemente, la responsabilidad afectiva de su padre es nula. Coge una de las creaciones de su progenitor, una especialmente oxidada, para pilotarla y, a su vuelta, cierra mal la puerta donde el "bicho" reposa, por lo que acaban robándolo.

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Entre sentidas disculpas de Annika, su padre solo piensa en lo mal que la ha educado y no duda en dejarle claro que ese "bicho tecnológico volador" era lo que más quería y lo que más le importaba. Pero la joven, que es un trozo de pan y parece estar acostumbrada al ligero maltrato psicológico de su padre, decide culparse de todo y se siente fatal. En este punto, Annika recoge sus pertenencias e inicia la búsqueda de la creación robada de su padre con la única pista de una huella que podría identificar al culpable.

Con esto arranca la aventura a lomos de un saltamontes gigante, a modo de camello. Tras esto, poco tarda Annika en conseguir una nav (otro bicho volador tecnológico), salvando a una pandilla de gente que parecen mercenarios y cazarrecompensas. Estos PNJ pasan a ser los mentores de nuestro personaje. Interactuando con ellos en los campamentos, los puntos centrales del juego que van apareciendo a medida que avanzas, Annika repara la nave, la modifica usando minerales que se van encontrando por los escenarios, duerme, ve el mapa o concreta nuevos objetivos. Los campamentos también son parte del núcleo narrativo de la historia.

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La interacción con objetos y entornos se limita por completo a lo que dicta la historia (si hay cuatro objetos en una habitación, por ejemplo, so lo podrás interactuar con el que necesitas para avanzar) y la exploración del espacio no está demasiado bien planteada, necesita más desarrollo. Tienes que ir saltando o volando, teniendo cuidado de no perderte. Hay momentos en los que no ves a tu nave, o "bicho volador tecnológico", y hay ciertas partes del mapeado que pueden poner muy nervioso a quien sea de poca paciencia.

Pese a lo anterior, el gameplay está bien pensado. Los combates son complejos y no solo tienes que disparar a tus enemigos, también tienes que echarlos del lugar en el que se encuentren como si estuvieras en una pelea de escarabajos. Esto último es complicado, ya que los insectos aguantan pronto y muy bien los disparos y muchos de ellos tienen que estar tumbados para que los puedas rematar echándolos. Además, algunos de ellos tienen ataques que te aturden, destrozan la nave o te envían lejos de donde estabas luchando.

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Hay mecánicas bastante curiosas, como la posibilidad de guiarte por moscas voladoras o la existencia de corrientes de aire que te desplazan. Sobre todo destaca el movimiento por saltitos con el que tiende a desplazarse tu montura robótica, porque marca un ritmo de desplazamiento interesante. También puedes personalizar a tu robot al gusto, con un interesante despliegue de opciones de modificación tanto a nivel estético como de funcionamiento. Como podéis ver, yo he intentado modificar a mi 'bicho-bot' con los colores de Gamereactor (pero, siendo sincera, no me ha salido muy bien).

Tras zambullirme en él durante muchas horas, considero que el punto fuerte de Stonefly es el diseño artístico desarrollado. Los gráficos no se parecen a nada de lo que haya jugado y tienen una magia única. Emplean un estilo manual para recrear un mundo en miniatura y consiguen un resultado diferente, muy característico. Los desarrolladores buscaban algo "simple pero singular" y lo han conseguido con creces. Stonefly es, sin duda, singular.

Stonefly despliega hoy sus alas para PC, Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One y Xbox Series X|S. ¿Tenéis ganas de probarlo? ¿Habéis oído hablar de él?

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06 Gamereactor España
6 / 10
+
Los gráficos, la historia y los combates están bien.
-
Fallan algunos aspectos sobre la interacción con el espacio. Es fácil perderse en ocasiones.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Isabel M. Zurita

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