Análisis de The Dwarves

The Dwarves está basado en la serie de novelas de fantasía escrita por Markus Heitz y King Art Games, la desarrolladora, lleva un tiempo trabajando en esta adaptación, que ha sido lanzada en diciembre. No estábamos del todo seguros de cómo sería el proceso de trasvase de la novela al videojuego, pero entonces vimos una escena particularmente macabra que describía cómo había que pintar un cuadro con los intestinos de una víctima. Así nos hemos dado cuenta del inmenso nivel de detalle que se ha aplicado en la adaptación, creando una historia totalmente vívida.

Eso sí, la novela es, sin duda alguna, el elemento principal de este ambicioso RPG táctico. En alrededor de diez horas de la épica historia del primer libro, te pondrás en la piel de Tungdil Bolofar y sus camaradas. El pequeño enano crece entre magos y logra conocer las tradiciones y los hábitos de las naciones enanas a través de los libros y las historias de los viajeros.

Cuando, por primera vez, Tungdil explora el mundo por orden de su maestro, se ve engullido por una enorme conspiración que hará que Girdlegard entre en una espiral de caos. Los Orcos han unido fuerzas con los Älfar para destruir a los Humanos, a los Elfos y a los Enanos, y solo la poderosa Keenfire (un hacha) puede detener la inexorable fuerza que se avecina por el este.

En esencia, el juego consiste en el viaje del protagonista por un mapa que parece una simulación de tablero, en el que tendrás que explorar una zona limitada y encontrar lugares que aparecen en las novelas. Desde esta perspectiva, la experiencia te irá dando información del mundo y de otras historias secundarias, que contribuyen a crear la atmósfera del RPG y que seguramente les encantará a los fans de la serie. A medida que vas teniendo más compañeros, la aventura se amplía y también se centra en las historias de tus camaradas.

Por otra parte, The Dwarves ofrece mucha diversidad en las distintas misiones y las tareas incluyen escoltar a un PNJ, lidiar con varios peligros y resolver puzles. Gracias al sólido sistema de combate, las misiones ofrecen variedad y se pueden volver a jugar sin problema. En cierto momento, tuvimos que cruzar una cadena montañosa, pero los Orcos se habían hechos fuertes en un puesto de avanzada que se encontraba en un cuello de botella, y nos encontramos con una situación peliaguda. Podíamos decidir contratar a mercenarios locales en una taberna cercana, que nos ayudarían a luchar contra los pieles verdes, o encontrar un camino por las montañas, de forma que el usuario tenía que tomar una decisión importante.

El sistema de batalla está construido alrededor del combate táctico en tiempo real, en el que hasta cuatro héroes se enfrentan contra docenas de criaturas hostiles al mismo tiempo. Puesto que te pasas todo el tiempo intentando que no te rodeen, el posicionamiento estratégico de los personajes es fundamental. Utilizar los cuellos de botella y los puntos de ventaja naturales es algo muy recomendable, y resulta muy útil poder detener la batalla en cualquier momento para reaccionar correctamente a los cambios de la batalla y corregir el movimiento de tus héroes. La verdad es que esta clase de modo estratégico nos recuerda al que hay en Dragon Age: Origins, aunque ahí terminan las similitudes entre ambos títulos.

Los pequeños enanos se enfrentarán a enormes rivales y podrás utilizar ataques fuertes para aturdir a tus enemigos o clavarlos en el suelo, de forma que sean presa fácil (o también puedes tirarlos al abismo, algo que resulta especialmente divertido). Cada habilidad consumirá puntos de acción y los talentos más poderosos tienen un tiempo de enfriamiento. Puesto que el motor del juego no hace ninguna acción especial, merece la pena ir cambiando entre los distintos héroes para aprovechar al máximo los puntos de acción.

Eso sí, la versión de PS4 que probamos tenía unos tiempos de carga larguísimos, caídas de FPS, errores de 'tearing' y otros fallos menores. En las doce horas de juego que probamos, el título 'crasheó' cuatro veces y por eso recomendamos que guardes manualmente la partida, ya que el autoguardado no es del todo fiable. En algunas partes, nuestros personajes se cayeron a través de agujeros invisibles en el mapa, algo absolutamente frustrante.

Por otra parte, la cámara también está limitada y navegar en algunas habitaciones pequeñas fue una experiencia terrible. Es cierto que tiene un gran nivel de detalle, pero el zoom no permite acercarse tanto como parece, así que estar cerca de la acción quizás no sea lo más adecuado.

La calidad técnica no es brillante, pero The Dwarves tampoco está nada mal. El aspecto del título está bien, los modelos de los personajes y del entorno son muy buenos y todo ello contribuye a mejorar la atmósfera, algo que el juego crea a la perfección. Las animaciones son un punto fuerte del juego y están a la altura de muchos de los títulos actuales. Por otro lado, el trabajo de doblaje hace que el texto sea mucho más fácil de pasar y los detalles de las novelas se ven bien reflejados. No obstante, incluso el fan más acérrimo se puede sentir un poco frustrado al no poder disfrutar de la experiencia por los fallos técnicos.

King Art Games se ha hecho su propio nombre con títulos como Battle Worlds: Kronos y The Book of Unwritten Tales 2, y nos han demostrado que son perfectamente capaces de adaptar un libro a un videojuego. Puesto que somos novatos en la serie de novelas, nos hemos visto un poco abrumados por los nombres, los lugares y el universo en general, de forma que nos pasamos las primeras horas vagando por la historia hasta que entendimos un poco el mundo que nos rodeaba. Sin embargo, a medida que jugábamos, nos fuimos metiendo más y más en la atmósfera, porque la historia y las misiones secundarias funcionan genial en conjunto y crean una experiencia narrativa densa y satisfactoria.

Por desgracia, los problemas técnicos provocan que esta experiencia decaiga un poco. Lo que está claro es que si consiguen pulir estos desperfectos, el juego puede convertirse en el inicio de una gran serie de videojuegos basados en una interesante saga literaria.