Análisis de The Stretchers

Los habitantes de las islas Greenhorn se enfrentan a un horrible problema. Los trabajadores se están quedando dormidos por las esquinas mientras están manos a la obra. Imagina, ahí tumbados frente a las cuchillas de la serrería o roncando sobre un tractor. Y como ya dejó claro el médico local, "los granjeros no tienen descansos". Aquí hay algo que va mal.

Resulta que el malvado capitán Brains se ha puesto a hacer de las suyas y está provocando un estado de hipnosis en la gente, que pasan a conocerse como los "mareadines". Lo hace gracias a su potente rayo hipnótico que porta en la cabeza, que cada vez está afectando a más población. Y solo el jugador o los jugadores en pareja van a ser capaces de devolver este mundo a la normalidad, es decir, a la productividad.

En The Stretchers tienes que controlar a un dúo de camilleros a los que les ha enviado a encontrar a todos esos que se están quedando secos en sus centros de trabajo y recogerlos para llevarlos al hospital. Para hacerlo, primero hay que colocar a los pacientes en la camilla, después hay que meterlos en la ambulancia y, por último, conducir de vuelta hasta ese lugar repletos de doctores sexis capaces de curar sin necesidad de cirugía.

Claramente, el diseño de juego pide que sean dos personas las que lo asuman en cooperativo porque tienes dos camilleros y la gracias está en los comportamientos físicos que se van con el movimiento, sincronizado o no, entre ellos. Pero también lo puede jugar una persona por libre; eso sí, no va a ser nada sencillo hacerse con el control de dos personajes al mismo tiempo, cada uno con un stick analógico, ni completar los puzles y las situaciones que se presentan. Es todo muy directo y muy simple, ya que todo se consigue pulsando un botón. Desde cumplir con esta importante misión sanitaria a cantar.

Pero Tarsier, el estudio que viene de un juego tan lúgubre como Little Nightmares, ha preparado un entorno y unas misiones para partirse de risa que van apareciendo como setas por el mapa según vas a toda velocidad con tu ambulancia. En esta parte con un toque Crazy Taxi se ganan puntos por traspasar vallas y verjas, saltar cortados usando rampas y recoger coleccionables escondidos. El objetivo de las principales siempre es llegar a uno o varios sitios, cargar y volver al hospital. Sin embargo, hay algunos secundarios como escanear gaviotas o serrar barriles y otros secretos que sirven para ganar más puntos. También hay secundarias, como rescatar a un PNJ atrapado utilizando explosivos.

La dificultad está en que los mareadines suelen aparecer en los sitios más complicados, así que hay que usar la cabeza para ver cómo sacarlos de ahí y, después, tener habilidad para conseguirlo. Es una estructura puzle a base de físicas que requiere un poco de planificación y de ejecución.

The Stretchers es diversión pura, sobre todo por cómo se desenvuelven las partidas por culpa de esas física. Lo hemos jugado con un amigo y nos hemos reído muchísimo intentando ponernos de acuerdo y complicándonos la vida, mientras la pobre víctima sufría nuestros desmanes. Las conversaciones entre personajes son en textos acompañados de voces que no significa nada, pero también te meas de la risa con sus líneas.

Como tienes libertad para decidir si aceptas una misión o no, también te pasas bastante rato dando vueltas por las islas con tu ambulancia. Lo cierto es que hay varias cosas que hacer, como encontrar esos coleccionables como sombreros para ponerte o catálogos de ropa para aumentar la decoración de la casa, descubrir otros secretos o, sencillamente, buscar rampas para saltar. En cooperativo, un jugador se encarga del volante y el otro de un turbo, así que también se la puedes liar si quieres.

Tener que controlar un objeto como la camilla entre dos personas es muy divertido, aunque hay veces que te lo quieres tomar en serio y no te sale y una caca. También nos hemos encontrado algunos bugs, incluso de los que te obligan a volver a empezar una misión cuando te das cuenta de que no puedes interactuar con un objeto vital o algo así. Por suerte, es de esos juegos en los que no pierdes casi nada de tiempo.

Con todo esto, os podéis imaginar que estamos ante un juego divertido, mucho más en cooperativo y tomándolo con humor que en solitario y en serio. Te vas a reir con la otra persona, y puede que también te enfades alguna vez. Visualmente es muy atractivo y su banda sonora, cambiante en intensidad, hace una grata compañía y estímulo. The Stretchers se ha estrenado por sorpresa y es genial para Nintendo Switch y esos momentos compartiendo Joy-Con.