Thief - impresión final

"Qué es Thief?", pregunto. La contestación: "Thief es cerrar el círculo de todo el género de los juegos de sigilo". La respuesta flota ominosa en la húmeda oscuridad del Cisternerne de Copenhague, un museo construido en unas cisternas subterráneas. Este escenario al estilo de una mazmorra bien podría haber salido del 'reboot' de Eidos Montreal que está a punto de lanzar Square Enix. Estaciones de demo están alineadas por el sótano y tras una breve presentación e introducción, es hora de despertar a Garrett de su longevo sueño y que se vuelva a poner manos a la obra.

Porque llevaba dormido bastante tiempo. La serie Thief, que en su día ayudó a definir y evolucionar lo que hoy conocemos como los videojuegos de sigilo, lleva en el congelador una década, desde que saliera Thief: Deadly Shadows. Eidos Montreal, estudio que recientemente triunfó reinterpretando Deus Ex con el ambicioso y de excepcional diseño Human Revolution, parece el equipo ideal para devolver la vida a Garrett. Todo parte de la idea de que la llegada de nueva generación de hardware parece el momento clave para recuperar al abuelo de los asesinos y ladrones silenciosos. El juego mantiene la vista en primera persona, pero como ocurre en Deus Ex: Human Revolution, también hay pequeños instantes vistos en tercera persona, para que el jugador no pierda detalle. Garrett cuenta ahora con un arsenal mucho mayor de armas y artilugios, haciendo que la infiltración sea más divertida y emocionante que nunca. Pero no son los 'gadgets' ni las armas lo primero que me llama la atención.

Lo primero que me sorprende es la propia ciudad. La sombría, medieval y deprimente metrópolis es casi un personaje en sí misma. El humo brota de las muchas chimeneas que contrastan con los cielos oscuros, iluminados sólo por la luna llena. Una gigante torre con reloj se cierne sobre las tapadas viviendas. Es casi como si estuviera vigilando todo lo que ocurre más abajo. Nos cuentan brevemente de qué va la historia, pero no queremos ahondar demasiado en ese tema porque ya lo viviréis en primera persona cuando llegue el momento.

Pasamos directamente a uno de los niveles de tipo 'sandbox', el Stonemarket. Entramos y salimos de las sombras sin ningún problema. Nos colamos por una ventana abierta y conocemos al instante la mayor tentación de Thief: el dinero. Todos los objetos de valor que roba Garret se convierten en monedas de oro que, a su vez, se pueden invertir para mejorar la equipación. Desde bustos dorados hasta candelabros de plata, pero estos objetos triviales no merecen nuestro tiempo ni atención. Estamos buscando otra cosa. Este lugar pertenece al viejo Willy, miembro de la nobleza que recientemente se ha endeudado hasta las cejas. Nuestro trabajo consiste en liberarle de su última posesión de verdadero valor, un reloj de oro.

Nos abrimos camino por el lugar. No hay nadie. Se pueden oír los guardias en el interior, así que no queda mucho tiempo. Activamos el sexto sentido de Garrett para descubrir un mecanismo secreto tras un cuadro viejo. Al pulsar un botón, se revela una escalera hacia una sala secreta en el ático. Ahí espera el reloj, pero los guardias advierten el ruido provocado por la activación de la escalera, y decidimos saltar por la ventana. Una cornisa llama nuestra atención, por lo que sacamos un gancho escondido bajo nuestra capa, nos balanceamos hacia las oscuras azoteas y nos perdemos en la distancia.

Esta es solo una pequeña misión secundaria, de las que hay muchas en los niveles de mundo abierto de Thief. Si bien no dura mucho, sirve para ilustrar los precisos controles y la llamativa atmósfera del juego. Tienes control total sobre el ritmo de actuación de Garrett, con unos comandos realmente bien ajustados y diseñados, sin importar si estás saltando entre azoteas o en pleno combate abierto contra los guardias. Dejando pulsado el gatillo izquierdo, Garrett entra en el modo de carrera libre, en el que puede escalar y sortear obstáculos automáticamente al más puro estilo Assassin's Creed. Es sencillo, intuitivo y divertido.

Y vas a querer apuntarte al recorrido turístico, porque Thief luce realmente bien en PlayStation 4. Desde el punto de vista técnico, no tenemos pegas. Con un framerate alto y sólido, colarse entre las sombras es un placer. Aun así, está claro que Thief es uno de esos juegos a caballo entre generaciones, de modo que se han tenido que comprometer algunos aspectos en el diseño visual para poder 'caber' en las consolas menos capaces. Dicho esto, el concepto visual de Thief es lo bastante contundente como para que ignoremos pequeñas molestias como las animaciones faciales. Y los gráficos van perfectamente acompañados de un prominente paisaje sonoro. No sólo aporta a una genial ambientación, sino que es muy útil porque avisa a Garrett de peligros inminentes.

La siguiente misión nos la asigna Basso. El tipo se encarga de proponerte las misiones secundarias, mientras que su lugar de trabajo (Crippled Burrick) también sirve como uno de los refugios de Garrett. Quiere que robemos el anillo de un clérigo de alto rango. El único 'problemilla' es que el poseedor del anillo es un cadáver, y precisamente va de camino al crematorio. Nos ponemos en marcha y llegamos hasta el crematorio sin ser vistos, accediendo al complejo a través de una tubería colgante. Así pasamos por encima de unos guardias ignorantes de nuestra presencia, y abrimos una de las ventanas superiores. El crematorio parece más un matadero que otra cosa. Cuerpos inertes cuelgan de unos ganchos empleados para transportar cadáveres de un extremo al otro del edificio. ¿Cuál es el camino más rápido? Exacto, aprovechar un gancho vacío.

Todavía inadvertidos, llegamos a la sala en la que los guardias separan las posesiones de los muertos antes de incinerar sus cuerpos. El clérigo yace en el suelo... pero no lleva su anillo. Aparece uno de los generales del Barón. Mira los dedos del clérigo, pero no encuentra nada. Al instante, saca la espada del soldado más cercano y raja la tripa del cadáver para encontrar la joya en su estómago, cogerla y volver a su despacho. Un salto elegante, una vela apagada con un soplido y un guardia noqueado después, nosotros también estamos en el despacho. Accedemos a la caja fuerte y nos hacemos con el premio, pero al volvernos, descubrimos que el general está plantado mirándonos fijamente. Bastan una patada en el pecho y una silla bloqueando la puerta para salir ilesos por un conducto de ventilación.

Al concluir la misión, el juego presenta una pantalla con una lista de logros, algo que aparecerá después de cada capítulo de la historia principal de Thief. Estos resultados pretenden ofrecer interés por rejugar, marcando también una puntuación en base al estilo de juego. La cifra se sube entonces a las clasificaciones online, para compararte con el mejor Fantasma, Oportunista o Depredador. Está claro: el primero es sigiloso y nadie le pilla. El segundo es para los que prefieren eliminar a los enemigos con técnicas no letales. El Depredador es la opción para los más violentos y contundentes contra los guardias del Barón. Aparte de todo esto, recibes puntos extra por completar un capítulo con una serie de retos adicionales. ¿Quieres complicarlo sin el apuntado de precisión en tu arco? ¿Qué tal sólo poder noquear a los guardias por detrás? Estas y otras opciones de personalización están disponibles para que los jugadores puedan apurar mucho más su puntuación.

Este último aspecto se inspira claramente en juegos como Splinter Cell: Blacklist, del mismo modo que la ciudad bebe de Dishonored y el botón de carrera libre está sacado directamente de Assassin's Creed. Pero no importa. Thief deja sensación del renacimiento del auténtico género de juegos de sigilo. El retorno de un viejo maestro que ha ido picoteando los mejores rasgos de otros juegos de acción silenciosa. El tiempo pasado con Garrett nos deja positivamente impresionados. Consigue ser de la vieja escuela, y a la vez incorporar los mejores avances realizados en el género en los últimos años. Y si bien lo de "cerrar el círculo" podría parecer sacado de una nota de prensa, de momento también parece acertado. En el análisis de Thief veremos si ese círculo es perfecto.