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Thor: Dios del Trueno

Análisis de Thor: Dios del Trueno

Marvel busca en el fondo del baúl de los héroes y ofrece a Thor su propia película, y con ella el videojuego obligatorio. Bengt le pega un martillazo con todas sus fuerzas...

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Mi novia es aún más fan de los cómics que yo, y dijo algo así como que todos los héroes de cómic extraños y churreros son de la DC, mientras que los de la Marvel suelen ser mejores. Así es, puedes imaginar que es una fan de Marvel. Su sistema para separar ambos universos tiene algún fallo, y existen excepciones. Thor, un Dios de la mitología nórdica, es un super héroe bastante raro, y aún más raro para una película de Hollywood con Natalie Portman (ya sabes, la chica que tiene asustados a nuestros pitos). De hecho, quizás encajaría mejor en una colección de héroes raros de DC Comics. Como pasa con la mayoría de pelis de superhéroes, hay un videojuego que acompaña al estreno. ¡Agarraos para el análisis de un juego de licencia cinematográfica!

Hemos leído declaraciones de SEGA indicando que no habían quedado contentos con las ventas o calidad de sus juegos de Marvel anteriores, y parecía que dejarían de intentar hacer algo bueno con la licencia que poseen sobre las pelis de Marvel (Activision tiene los derechos de X-Men y Spider-Man). Eso nos lleva a Thor: Dios del Trueno. ¡Es la hora del martillo!

Thor: Dios del Trueno

SEGA contó con Liquid Entertainment para desarrollar Thor: Dios del Trueno tras disolver al estudio responsable de los juegos de Iron Man. Una elección extraña cuanto menos, teniendo en cuenta que anteriormente Liquid se había dedicado a desarrollar juegos de estrategia en tiempo real o el action-RPG Rise of the Argonauts. Y aunque es evidente a la primera de cambio que esto no es una obra hecha con todo el corazón, tampoco hay una alarma inmediata que diga que es un desastre. Se trata de tu juego de acción en tercera persona machacabotones estándar, con un alcance bastante limitado y un sistema algo decente de habilidades y poderes, junto con un personaje principal bastante lelo que deja que su propio martillo tome las decisiones.

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El juego comienza con criaturas de hielo de Niflheim atacando Asgard, dominio de los Dioses Escandinavos. Thor defiende el ataque, pero al final se sumerge en una aventura para vengarse espoleado por Loki, su hemanastro, que obviamente está urdiendo algún plan de poder. ¿Por qué no pueden estar felices los dioses con lo que tienen? Bueno, o los semidioses, en este caso. La moraleja es que tenemos que rezar para lograrlo.

La historia tiene poco peso, y básicamente hace de excusa para que Thor coja su martillo y se pase por los nueve mundos para salvar Asgard. Thor tiene algunos poderes diferentes, viento, trueno, rayo, que se pueden mezclar y en teoría deberías obtener un emocionante conjunto de poderes de un Dios. Sin embargo, la implementación tan rígida del combate y el suministro tan pobre de odinforce (o el mana de este juego) da como resultado un juego en el que simplemente debes usar los poderes correctos sobre ciertos enemigos y nunca percibes la sensación de poder bruto de un Dios. Me hubiera gustado sentir el poder de Thor.

Thor: Dios del Trueno

Después de un comienzo bastante suave en Asgard, continuamos hacia Nifheim y Vanaheim. Mundos de hielo y jungla, respectivamente. Nos saca de quicio que no sea ni una aventura de acción decente, ni un juego completamente estropeado. Sencillamente, le falta ambición, visión, y huele a filosofía de diseño de la era de PlayStation 2. Combate repetitivo y lineal, diseño de niveles simplón, activadores frustrantes que debes golpear para ganar las batallas de jefes (necesitarás uno o dos intentos para hacerte una idea de lo que se supone que tienes que hacer), controles torpes y a veces imprecisos... Luchamos con el juego pese a que se va poniendo peor a cada paso que damos con las botas de Thor. Una de las experiencias más espantosas es a mitad de camino en Vanaheim, cuando un ogro gigante nos arrastra por los pantanos en una sección de shooter on-rails. Y aunque podría haber sido un buen cambio de ritmo en un juego más pulido, en Thor: Dios del Trueno, cada vez que nos apartamos de las bases de machacar enemigos con Mjolnir y los poderes de Dios, la experiencia sufre aún más. Queremos apagar la maldita consola, pero nos resistimos.

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Desde el puto de vista técnico, Thor: Dios del Trueno tampoco consigue sorprender. Se ve tan anticuado como se siente, y aunque no hemos encontrado bugs que se carguen el juego, siguen apareciendo glitches por zonas. Algunos juegos técnicamente pobres pueden salvarse por el diseño, pero Liquid no lo consigue. Quizás la actuación vocal y la música sea la parte más soportable, aunque nunca sorprenda. Thor: Dios del Trueno no es que no tenga mérito, pero es cierto que no hay razón para jugarlo con tantos otros juegos que merecen más tu tiempo y dinero. Frustración, algunos conceptos de jefes finales completamente enfermos y un sistema de combate sin ninguna satisfacción envía a este Dios del Trueno a la cesta de las rebajas. No deberías ni tocarlo.

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03 Gamereactor España
3 / 10
+
Parte del martilleo sin sentido es decente, algunas buenas ideas aunque estén implementadas de forma pobrel
-
Le falta ambición, se ve y se siente caduco y feo, historia floja, controles rígidos, diseño de juego frustrante.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Bengt Lemne

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