Español
Gamereactor
análisis
Total War: Warhammer III

Análisis de Total War: Warhammer III

Nuestro general Patrick se cubre de sangre para evaluar el retorno de Creative Assembly a las batallas fantásticas de Warhammer.

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

Total War: Warhammer III es una secuela que, tal y como sugiere el nombre, está basada en el juego de mesa de Warhammer Fantasy Battle. Cuenta con los mismos ingredientes que emplearon sus predecesores, es decir, un imperio basado en la estrategia por turnos dentro de un mapa de campaña y en batallas tácticas en tiempo real. Justo como nos pasaba con ambos aclamados predecesores (el original de 2016 y la continuación del año siguiente), tenemos una campaña ingente, pero centrada dentro de una zona geográfica determinada. Esta vez, le han dado mucho más protagonismo a la narrativa que antes... y se nota.

El pistoletazo de salida de la aventura es un pistoletazo literal, el de un arma que pone en marcha a todas las naciones, imperios y demonios. La historia que pude ver en los diferentes contextos a lo largo de la campaña nos la muestran a través de imágenes fijas que están muy bien animadas. En comparación con los trópicos cálidos del segundo juego, o con los desiertos arenosos del primero, en este título viajamos hacia latitudes más frías. El consejero de la franquicia, que ya aparecía en el primer juego, ha vuelto como un personaje de este universo. Su papel es guiar a la facción que elijas hacia un dios moribundo a cambio de una gota de su sangre. Me faltan palabras para recalcar el buen trabajo que hace el actor de doblaje y lo bien que queda integrar al personaje en el universo, aunque está claro que tiene sus propias intenciones ocultas y que no te tiende la mano por hacerte un favor. Encaja muy bien con la historia y les puede servir de ayuda a los nuevos jugadores.

Total War: Warhammer IIITotal War: Warhammer III

Esta vez, puedes elegir entre muchas facciones con las que jugar. En primer lugar, están los cuatro dioses malignos. Khorne, Tzeentch, Slaanesh y Nurgle están todos representados a través de un propio líder legendario y de mecánicas de juego particulares. Son exactamente tan singulares y diferentes los unos de los otros como apostaba a que serían de antemano. Son todos distintos, ya escojas a Skarbrand, el representante superagresivo de Khorne, o a Ku'gath Padre de la Plaga, que sirve a Nurgle. The Creative Assembly ha ahondado tanto en este sentido, que la mano derecha de Tzeentch, Kairos Tejedestinos, un pájaro demoníaco bicéfalo, cuenta con un actor de doblaje distinto para cada una de sus cabezas.

Publicidad:

La atención que le han prestado a los detalles hace que los demonios sean mucho más interesantes. Además de los cuatro que os he mencionado, hay un demonio que puedes escoger para que os conduzca al Caos Absoluto. Para los que no estéis familiarizados, este personaje sirve a los cuatro dioses y, por consiguiente, puede conseguir unidades de todos ellos. No obstante, pierde la especialización que tienen los otros si no te decantas por él.

Esta campaña es un poco distinta en cuanto le pones nombre al personaje. Durante este modo, también desbloqueas partes del cuerpo que mejoran su aspecto, por lo que cada vez que juegues será especial. Los dominios exclusivos de los dioses que puedes visitar durante la campaña están recreados de una forma increíblemente bella a partir de los textos originales. Mi favorito era el de Tzeentch, pero todos están logrados. De parte de las naciones mortíferas que le hacen frente a la amenaza que supone el Caos, está Kislev, que se erige como un refugio para el resto del mundo ante la amenaza del norte. Su aspecto está inspirado en Rusia, Polonia, Lituania y Ucrania; y a sus gentes, que están bastante curtidas a la par que divididas, las lideran tres líderes legendarios. Entre ellos se encuentra la zarina Katarin Bokha, que acaba de ascender al trono y que hace uso de la magia del hielo y, además, su campaña pretende salvar al dios moribundo. El otro líder es Kostaltyn, la sumamente religiosa interpretación del histórico Rasputín. Comparte el mismo objetivo que Katarin, pero ambos están sumergidos en una fría guerra civil. Al tercero lo desbloqueas cuando has jugado con los otros dos, pero no revelaré más al respecto. El tiempo que he jugado con la facción me ha dejado claro que es una de las más fáciles con las que puedes empezar. Suelen ser soldados híbridos y, justo como pasaba con los Altos Elfos del segundo juego, a menudo tienen un doble juego de armas que puedes intercambiar cuando quieras. Sumado a su caballería de osos, todo esto dota a Kislev de su propia área de especialidad, y me vuelve loco.

Total War: Warhammer IIITotal War: Warhammer IIITotal War: Warhammer III

El otro recién llegado a la franquicia es el Gran Catai, un reino inspirado en China y gobernado por dragones. Si lo que te va es jugar como un imperio de humanos, esta es tu facción. Gran Catai también es un punto de partida más sencillo para los que juegan por primera vez, y lo protege un muro titánico que la facción usa para proteger del Caos a su porción del mundo. La particularidad de esta raza es que sus líderes legendarios pueden cobrar forma humana y convertirse durante el enfrentamiento en su propia forma de dragón. Es en ese momento en el que se transforman en dragones voladores que siembran el caos por doquier. La líder Miao Ying usa los truenos, los rayos y las tempestades como bazas en su arsenal; además, comienza en el norte y es la dueña del Gran Bastión.

Publicidad:

Zhao Ming es el otro líder, y está interesado en la alquimia y el metal. Su aspecto de dragón está revestido de hierro, lo que le viene bien, dado que se centra en el combate melé. Ambos tienen acceso a un sistema de caravanas con el que puedes enviar dinero a través de diferentes rutas comerciales. Hay un montón de historietas relacionadas con esto, con las que puedes escoger o proteger a tu caravana del ataque. Sin entrar del todo en detalles, también cuenta con un sistema de armonía denominado del ying y el yang, que puedes subir tanto en las batallas como en el mapa de campaña si mantienes el equilibrio entre los dos. Los diferentes tipos de soldados, el progreso tecnológico y las construcciones entorpecen este equilibrio. Esta es mi favorita de las naciones con las que se juega con humanos, y es parecido al Imperio del primer juego. Por último, pero no menos importante, tenemos a los Reinos Ogros, que se pueden reservar con antelación y, básicamente, son gente seminómada. Lo constituyen individuos enormes y hambrientos que viven para la guerra, el oro y la comida, y me gustó ponerme en la piel de sus dos líderes. A pesar de que se nos presentaron como mercenarios en el título que le precede, aquí funcionan muy bien. La mezcla de una poderosa infantería de monstruos, monstruos gigantes y chamanismo los convierten en una raza interesante con la que jugar. Además, tienen una historia muy arraigada en las regiones entre Catai y Kislev.

HQ

Este juego tiene puntos en común elijas a la raza o al líder que elijas. Cada personaje puede subir de nivel y desbloquear nuevas habilidades y cosas en las que montarse. Todo ello se da un aire con los sistemas de Heroes of Might and Magic. Construyes tus ciudades y recaudas fondos, como el oro, para comprar tropas. Luego, luchas con ellas en batallas en tiempo real que se desarrollan mejor que las de sus predecesores. Además de poder explorar una nueva parte del mundo, hay muchas otras novedades. Me resulta increíble lo buena que es la elección de incluir asedios menores en los que luchas por ciudades más pequeñas, sin muros. Cuando te toca defender, puedes erigir torres, muros de madera y otras construcciones de manera temporal para ayudarte. Por otro lado, es posible atacar desde varias direcciones, lo que supone que las batallas sean más tácticas.

Creative Assembly también ha creado ciudades más verticales, por lo que hay más hueco para las emboscadas, la artillería pesada y otras cosas que puedes usar. Cosas como los puentecitos de las poblaciones ya dan para nuevas maneras apasionantes de luchar, lo que se puede extrapolar a los asedios grandes. A cambio, los enfrentamientos se centran más en conquistar posiciones para ganar puntos. Otro nuevo rasgo es el modo de las hordas, en el que tienes que adquirir puntos contra un enemigo con una fuerza infinita, y que está prohibido en las campañas para derrotar al Caos. El clásico modo de combate ha pasado por una renovación radical. Si juegas en modo multijugador, no solo se te permite elegir las fuerzas con las que entras en la batalla, sino que también puedes comprar un refuerzo numeroso gracias a los puntos, y las batallas tienen más que ver con hacerse con el control de los puntos para guiar a los refuerzos.

Por el momento, tienen que perfeccionar este sistema un poco, porque una de las estrategias generales implica no llevarte puntos, conseguir un bonus por estar por debajo y, después, arrollar al adversario con los refuerzos. Además del modo multijugador, también hay un modo de colaboración de hasta ocho jugadores que incluye hasta tres campañas entre las que escoger. La primera es la grande, que es justo como la de un jugador. Las otras dos son zonas más pequeñas y ofrecen una experiencia más centrada en reducir el tiempo de juego. Cuando lo probaba, también me gustó el modo de colaboración, con el que se pueden hacer jugadas de manera simultánea en el mapa. Esto no es una característica nueva del género, pero sí lo es de la trilogía.

Total War: Warhammer IIITotal War: Warhammer IIITotal War: Warhammer IIITotal War: Warhammer III

Encontramos además un montón de pequeñas mejoras, y el juego dispone una interfaz que le facilita la experiencia al usuario. La diplomacia en la campaña se ha actualizado de manera significativa. Ahora, puedes ver exactamente lo que se te pide para llegar a un acuerdo y, además, puedes cambiar las ciudades. Esta diplomacia también te permite tener un control mucho mayor sobre tus aliados, por ejemplo, puedes pedir prestado un ejército desde el ordenador directamente a tu cargo. Otra característica importante es que puedes ver a dónde se dirigen tus aliados con el plano general del mapa. Mi favorita probablemente sea una de los más fáciles, ya que les puedes mandar una advertencia a tus oponentes en caso de que se encuentren en tu territorio. Si no se marchan, les puedes declarar la guerra sin consecuencias diplomáticas, algo que llevo esperando mucho tiempo. No puedo ni contar todas las veces en las que he tenido a las fuerzas de otra gente en mi terreno, en el que se quedaban y me saqueaban.

Otra novedad emocionante es que puedes construir puestos avanzados con los aliados haciendo que puedas reclutar sus tropas, lo que da pie a un tipo de estrategia completamente distinta y con fuerzas más especiales. Esto es importante para enfrentarte a todas las amenazas. Por otro lado, puedo afirmar sin remordimientos que la música es una mejora respecto a la trilogía, aunque la banda sonora es más ambiental y, de fondo, consigue crear una atmósfera sombría. La calidad del doblaje es un poco irregular. Algunos personajes tienen un vozarrón, pero otras suenan peor. Ejemplo de ello es el personaje de Tzeentch, que cuenta con un doblaje impresionante y, en cambio, el Príncipe Demonio del Caos Absoluto tiene una voz demasiado genérica de demonio. Hay algunas cuestiones menores, como algunos pequeños fallos visuales y técnicos. Lo peor con lo que me he topado es con unidades voladoras que, realmente, no pueden aterrizar y golpear a sus enemigos. También me he estrellado algunas veces, aunque pocas. Por otro lado, creo que el título fluye mejor que ambos predecesores, y las batallas están visiblemente mejor adaptadas.

El tiempo que he pasado jugando a Total War: Warhammer 3 ha sido una gozada, y no es un punto de partida que sea un disparate ni para aquellos que sean nuevos en la serie. En conjunto, le pasa lo mismo que a Civilization, no se te hace difícil echar otra partida una vez que empiezas. Por desgracia, no hay ningún servicio de mods, sangre o una campaña gigante en la que los tres juegos se fusionen con el lanzamiento. Total War: Warhammer III es un final muy digno para la trilogía, y deja boquiabierto con sus preciosos mapas de campaña, diseños asimétricos y música buenísima. Es difícil crear un juego del género que divierta más en este sentido. Por lo tanto, se convierte en una recomendación clara, puesto que es un juego de estrategia que no te puedes perder.

Total War: Warhammer IIITotal War: Warhammer IIITotal War: Warhammer III
Total War: Warhammer IIITotal War: Warhammer IIITotal War: Warhammer IIITotal War: Warhammer III
09 Gamereactor España
9 / 10
+
Batallas enormes. Interfaz fácil de usar. Historias fantásticas. Amplia variedad. Precioso
-
Algunos bugs. Los puntos de maná no son perfectos
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado



Cargando más contenido