Análisis de UFC 3

Para empezar en positivo, hay que reconocer que la presentación es brillante. EA Canadá ha hecho un trabajo fantástico para captar la puesta en escena de esta competición de forma realista. Todo, desde las pantallas de carga a los menús, desde la carrera a los comentaristas o las presentaciones que Bruce Buffers hace de los luchadores, tiene un nivel de credibilidad que muy pocos juegos deportivos han logrado hasta la fecha. Y no solo con los personajes famosos, incluso el luchador que tú te creas parece de verdad una vez que pisa el octágono. Hay todo un trabajo detrás que admirar, tanto por sus gráficos como por su música, pero también por la forma inteligente de utilizar a los personajes populares entre los aficionados. Consigue que la ambientación sea como si de verdad estuvieras ahí. Esto es la UFC.

Otra de las mejoras, aunque esta tiene más bien poco impacto sobre el título en general, está en las animaciones. El estudio por fin ha creado un sistema que permite pegar puños y patadas mientras caminas lateralmente, así que por fin ha terminado con una de las mayores rigideces de los UFC de EA Sports. No quiere decir que hayan logrado acabar del todo con esos movimientos robóticos, secos, pero al menos no es tan visible como en los dos anteriores. Podemos corroborar que esas 5.000 nuevas animaciones que dijeron que habían creado cobran sentido. Sobre todo cuando luchas contra las caras más conocidas como McGregor, Anderson Silva, TJ Dillashaw, Mighty Mouse, Luke Rockhold o Nate Diaz, porque puedes apreciar que sus estilos y particularidades de combate han quedado bien capturados en el juego, y no solo sus movimientos especiales.

Sin embargo, no podemos llamar a esto un MMA-simulator, ni siquiera dar la razón a EA cuando dice que recrea la lucha real dentro del ring, porque no es así. Los mejores luchadores de la UFC actual son unos genios capaces de combinar movimientos y técnicas de varios estilos de lucha. Puños, patadas, saltos y llaves, lo mejor para cada ocasión. Boxeo con kickboxing y con karate para que la destrucción del ser humano fluya. Y eso no es posible en este juego, ni siquiera con todas esas mejoras técnicas, que no impiden que siga pareciendo un título primitivo, incapaz de recrear los combates reales. Es algo que le pasa también a la mayoría, por lo que puede que sencillamente sea demasiado complicado de hacer.

Pasa lo mismo con las transiciones del combate en pie al suelo. Es una tarea pendiente para EA Canadá, a la que debería haber prestado un poco más de atención en lugar de dedicar tantos esfuerzos a esos modos de juego que tan raros y poco productivos. Sorprende que UFC 3 no haya sido capaz de alcanzar el nivel de los UFC Undisputed de THQ en esta fase del combate, y eso es frustrante, porque ni siquiera entrenando mucho acabas de dominarlo, y la razón es que no es natural.

Tampoco han cambiado mucho las sumisiones hablando en términos generales. Volvemos a tener presente el mismo minijuego aburrido que se basa en la "oportunidad" en lugar de en una mecánica que favorezca la práctica, un diseño que hace que cuando se producen estos agarres el juego pase por su peor momento. Es comprensible que traten de crear controles amigables para un público mayoritario y también lo difícil que sería personalizar los comandos para cada estilo de lucha (freestyle, grecorromana, judo, jiu-jitsu, etc), pero deben plantearse que hay diferencias entre sí. Esos genios del suelo como Demian Maia, Jacare o Nate Diaz dicen que esta fase del combate es como "un juego de ajedrez humano" en el que tienes que predecir los ataques del contrario y defenderte de ellos al mismo tiempo que preparas tus "trampas". Y en UFC 3 lo que parece es que estamos en un juego de QTE para móviles.

Aunque nos encanta todo el trabajo artístico y el planteamiento del juego, su capacidad para transmitir el espectáculo, no es gracias a que su potencia gráfica sea muy superior a la de las entregas anteriores, pues las diferencias son mínimas. Se ha hablado mucho de lo bien construidos que están los atletas, o de cómo sangran sus heridas, y aunque todo eso es cierto, es algo que ya estaba bien antes. Y lo mismo podemos decir del sonido, porque se han dedicado a conservar todo lo que ya estaba bien hecho anteriormente. Lo mejor es comprobar que algunos personajes clave han ganado más líneas de diálogo en el modo carrera.

Precisamente en esta vida de luchador es donde más se ha centrado EA Canadá en progresar y el resultado se nota. En el modo carrera debes convertirte en el mejor de todos los tiempos de la MMA y para eso no basta con conseguir un cinturón, hay que tener varios y ser capaz de conservarlos. Lo mejor es que te lo va presentando de forma ágil pero sin dejarse ningún detalle. Una gran decisión es no meterse en jardines con vídeos y producciones cinematográficas mal grabadas que ralenticen el juego, como le ha pasado a NBA 2K18, aquí la narrativa avanza con combates, mensajes y algunos encuentros. La cosa pinta pero con el modo online Ultimate Team, que está cada vez más infectado de micropagos y cajas de loot. Como en el juego de 2K Sports, lo que te gastas afecta realmente a la partida, por lo que se ha convertido en un pay-to-win, así que todo el esfuerzo en aprender a jugar se va al traste en dos segundos en la red cuando te encuentras a un jugador torpe pero chetado.

UFC 3 es mejor que su predecesor en casi todo, y las nuevas animaciones han aportado algo de agilidad al conjunto. Sin embargo, en general, las diferencias se hacen notar muy poco en lo positivo, pero sí en lo negativo, es decir, en el destrozo que han hecho al modo Ultimate Team.