Visita al cuartel general europeo de Wargaming

World of Tanks es un juego que probablemente ya no necesite presentación, pues lo más fácil es que ya lo hayas probado o al menos visto alguno de los incontables anuncios en TV y web que lleva protagonizando en los últimos años. El título free-to-play, uno de los mayores valedores del modelo, ha conquistado el mundo arrasando con sus tanques, sumando millones de jugadores activos o marcando el récord mundial de jugadores simultáneos en un mismo servidor (marzo de 2013). Indudablemente, el equipo de Wargaming.net dio en todo el blanco con su propuesta de acción por equipos que enfrenta tanques de reproducción realista sacados de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Si a esto se suma el recién lanzado World of Warplanes y el próximo World of Warships, es fácil ver lo atareados que están en la empresa de origen bielorruso. Poco antes de Navidad nos invitaron a pasarnos por sus oficinas en París para conocer cómo trabajan y probar la última novedad en el juego de carros de combate, los tanques japoneses.

En esos días se respiraba un ambiente tranquilo en las oficinas. Con el reciente lanzamiento de World of Warplanes y las vacaciones a la vuelta de la esquina, la gente estba o muy cansada o eufórica; o quizá ambos. Romain Mardot, productor del juego, nos recibió con una breve presentación en la que supimos que los nuevos tanques son más ágiles y presentan un mejor apuntado en vertical que el de los vehículos de la vida real, pues al fin y al cabo se trata de un juego. A continuación pudimos corroborarlo, pues nos acomodaron en una sala con varios ordenadores alineados y listos para demostrar estas novedades. Si bien la mayoría de los que estéis leyendo este reportaje es probable que ya hayáis probado el juego en algún momento, era la primera vez para el que escribe.

En realidad la primera ronda no salió nada mal. Nuestro equipo comenzó en una pequeña aldea y pronto nos pusimos en marcha para dar caza al equipo rival. Los gráficos entraban bien por los ojos, pero no eran nada extraordinario y está claro que los edificios y árboles estaban ahí principalmente para ofrecer algo de cobertura una vez comenzaran los bombardeos. El otro equipo apareció rodando sobre una colina y la atención de nuestro grupo rápidamente se volvió hacia la amenaza que venía de camino. Nos libramos de uno detrás de otro gracias a nuestra posición aventajada dentro del poblado, desde donde se podía sorprender al enemigo con ataques desde todos los ángulos. No creo que los desarrolladores se dejaran ganar en esta primera partida, pero sí que no lo dieron todo, quizá confiados. Al saltar por los aires el último tanque enemigo nos sentíamos en lo más alto. Fue una ronda rápida, y al no existir reapariciones, requiere sincronización y juego táctico.

La segunda partida no terminó nada bien para nuestro bando, pues separamos demasiado las líneas. Antes de advertir nuestro error, nos topamos con los tanques enemigos, y tras un desesperado e inútil intento por disparar y huir al mismo tiempo, mi tanque terminó convertido en una pila de chatarra en llamas. Los caídos nos pasamos el resto de la ronda viendo lo que quedaba de un enfrentamiento que duró algo más. La tercera ronda tampoco acabó mucho mejor, pese a esforzarnos en mantenernos más juntos. Los tanques nipones pueden ser ágiles, pero al ser más ligeros basta con un bombazo certero para derribarlos. Aun así fue un rato muy divertido; lástima que tras la tercera partida volviera Mardot a la sala para avisarnos de que tocaba hacer el tour por las oficinas (aunque después podríamos echar otra partida).

En un paseo rápido nos enseñaron los distintos departamentos repartidos entre varios pisos del edificio. Desde responsables de e-sports que pasan el tiempo intentando aumentar el potencial de World of Tanks como deporte competitivo hasta la división de soporte, donde trabajan empleados de una gran multitud de nacionalidades. Resulta curioso que Wargaming.net tenga a tan pocos trabajadores galos en sus oficinas francesas. También ver la cantidad de empleados que estaban jugando mientras paseábamos por las instalaciones. Nos explicaron que si bien aquel era el descanso para comer, fomentan que los trabajadores jueguen durante las horas laborables, pues creen que es importante que todo el mundo relacionado con la producción y el mantenimiento del juego tenga una buena idea de su estado actual. Como detalle final relacionado, confesaron que el departamento económico termina cada parón para comer echando una ronda anónima con jugadores normales. Por todo esto se han convertido en un respetable grupo de jugadores. Cuidado, jugadores de World of Tanks, pues a la hora de comer puede ser un contable, abogado o administrativo el que te esté machacando online...

La parada más interesante del tour fue la del equipo de Community Management. Nos presentaron a Miguel Budesca, cabecilla del departamento. Budesca repasó rápidamente sus responsabilidades en la que es obviamente una de las áreas más importantes de Wargaming. Entre sus labores están mantener un diálogo significativo con la base de jugadores, escuchar sus opiniones y 'feedback' o estar al tanto de las discusiones en los foros oficiales. Budesca explicaba que pueden surgir opiniones fuertes en los foros relacionadas con el tema de la Guerra Mundial, y que por tanto deben intervenir en ocasiones para evitar una completa guerra verbal entre las muchas nacionalidades que juegan con sus tanques virtuales. Otra función del equipo de comunidad es organizar competiciones en el mundo real, como por ejemplo el concurso para construir el mejor tanque de nieve tras una dura nevada, o conectar con los jugadores en los eventos locales.

Estos eventos locales nos llamaron especialmente la atención. Nos explicaron que en intervalos regulares, los miembros del equipo de comunidad escogen un lugar al que viajar y en el que conectar con los jugadores de la zona mediante los foros. Con la ayuda de los jugadores deciden museos y lugares relevantes en los que los jugadores interesados en el aspecto histórico pueden reunirse y charlar sobre el trasfondo de World of Tanks. Todos estos eventos terminan con una vuelta a la ciudad para que el equipo de comunidad y los jugadores compartan unas cervezas, así conociendo mejor la opinión del público sobre el juego y las ideas para el futuro. Llama la atención que la compañía invierta dinero y recursos considerables para encontrarse en persona con sus jugadores y recoger su 'feedback' cara a cara en plena era contemporánea de la tecnología de la información.

El tour terminó con algo de sushi para comer, elección a juego con los nuevos tanques. Con el tiempo libre después de comer pudimos dar otra vuelta, descubriendo la sala que tenía varios World of Tanks en versión Xbox 360 listos para jugar o una máquina recreativa clásica para quien busca otra lección de 'historia'.

Por desgracia no pudimos volver a probar nuestra destreza sobre el campo de batalla con los nuevos tanques por las prisas de la vuelta, de modo que lo que mejor terminamos conociendo fue la peculiar forma de trabajo de Wargaming.net dentro y fuera de sus oficinas. Por todo, volvimos de París con ganas de jugar mucho más a World of Tanks. Lo poco que probamos con los carros nipones convenció, mientras que la idea de unirnos a esta enorme comunidad mantenida por un equipo tan fuerte y dedicado suena muy atractiva. Quizá volvamos a encontrarnos en el mapa online en los próximos días.