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Wolfenstein: Youngblood

Wolfenstein: Youngblood - impresiones E3 2019

Nos hemos visto sorprendidos por la asimilación de mecánicas Wolfenstein en un entorno distinto.

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Hemos de confesar que antes de comenzar nuestra andadura en Wolfenstein: Youngblood, no sabíamos que su desarrollo corría por cuenta no solo de Arkane Studios, sino también de Machine Games. No cabe duda de que se trata de una alianza interesante en la que los maestros de la acción y el sigilo unen fuerzas con el estudio que nos trajo el excelente Wolfenstein II: The New Colossus hace tan solo un par de años.

Los frutos de esta colaboración no tardan en hacerse notar, puesto que Arkane lleva años perfeccionando su diseño de niveles y la estética de los entornos en Dishonored, algo que en este caso se nota al instante. Perderse en las ciudades de Dunwall y Karnaca es de lo mejor que podemos hacer en los juegos de Dishonored, dado que Arkane sabe cómo crear ambientaciones interesantes y con gancho. Además, la rica variedad de entornos no es algo nuevo en Wolfenstein, con más de un camino que tomar en cada nivel. Por supuesto, Youngblood no iba a ser una excepción, aunque en este caso nos da la impresión de que este enfoque no está tan arraigado. Con el E3 pegando fuerte, nos sentamos a probar la tercera parte de esta serie.

Es hora de coger un boli y rebobinar la cinta un poco, porque esta entrega de Wolfenstein nos lleva de vuelta a 1980, muchos años antes de lo sucedido en The New Colossus. BJ y Anya viven al fin en un país libre tras la expulsión de los nazis, al menos en casi todo el territorio, porque ahora BJ debe volver a la acción. Toca pues poner rumbo a Francia, pero, no sabemos bien por qué, algo se tuerce y necesita refuerzos. Y ahí entras tú.

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Wolfenstein: Youngblood

Como ya comentábamos, la trama transcurre en 1980 (que, por cierto, fue el año en el que vio la luz el primer Wolfenstein), pero esta vez nos metemos en el papel de una de las hijas gemelas de BJ y Anya: Jess y Soph. Las hermanas se dirigen a París en busca de papi y, de paso, para cargarse algunos nazis (algo sobre lo que les encanta ir contando batallitas que nunca tuvieron lugar realmente).

Y de la mano de las dos jóvenes Blazkowicz nos dispondremos a acabar con los nazis en su propio terreno, en un juego pionero en la franquicia al contar con un fuerte componente cooperativo. Ya juguemos con un amigo o sea la IA la que controle a nuestra hermana, nos convertiremos a una de ellas para seguir los pasos de papá y abrirnos paso entre oleadas de soldados armados hasta los dientes mientras buscamos a nuestros padres.

Cada hermana tiene sus peculiaridades propias, sobre todo en lo referente a habilidades y armas, y no tanto en cuanto a su manera de desplazarse por el entorno. Jess, por ejemplo, echa mano de un señor rifle último modelo y de una habilidad conocida como 'machacar', mientras que, por su parte, Soph carga una escopeta mejorada y puede camuflarse. Dicho esto, desde el estudio nos han asegurado que tendremos carta blanca para personalizar nuestro arsenal gracias a un gran abanico de mejoras que nos permitirán acoplar silenciadores, miras y munición extra para nuestras armas.

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Una de las grandes novedades, que se nutre de ese nuevo enfoque cooperativo, es el uso de señas con las manos, conocidas como "gestos de ánimo". Con estos gestos, que pueden hacernos recuperar algo de salud, las hermanas se darán ánimo siempre que el juego nos lo permita, pues habrá algunos casos en los que no motivar a nuestra hermana nos lleve a verla morir más de la cuenta. Nos parece una buena excusa para que los jugadores trabajen juntos todo el rato, y además le aporta más variedad a la acción.

También nos ha gustado el que las hermanas compartan vidas. Si una hermana cae durante un tiroteo, podremos reanimarla. Sin embargo, el número de vidas bajará si alguna muere, y tendremos que volver a empezar el nivel si Jess y Soph la palman y nos quedamos a cero (lo sabemos por experiencia con la demo).

Las gemelas subirán de nivel conforme ganen experiencia en combate, lo que nos proporcionará nuevas destrezas. El árbol de habilidades no tenía pinta de ser lo que se dice especialmente extenso, pero sí que vimos varias a la espera de ser desbloqueadas, tales como noquear enemigos y llevar armas más pesadas. Nada que no se haya visto antes, la verdad, pero tampoco es que haga falta reinventar la pólvora en un juego donde lo importante es repartir estopa entre los nazis.

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Tampoco se trata de un juego puramente lineal, ya que una vez entrados en materia, serán varias las vías a escoger. Por lo visto, podremos jugar las misiones, repartidas por diferentes zonas de la ciudad, en el orden que queramos, algo que se acerca más a la estructura de Dishonored que a la vista en The New Colossus e incluso en The New Order. Tanto es así, que desde Bethesda lo catalogan como el Wolfenstein más abierto hasta la fecha, algo que también se aplica a una mayor variedad de formas de matar, tecnología de vanguardia en la línea de esta realidad alternativa de 1980, además de nuevas armas y blindaje.

Y la verdad es que vas a agradecer tantas novedades, porque Wolfenstein: Youngblood no te lo pondrá nada fácil. Mientras lo probábamos, nos topamos con varios enemigos que no la palmaban ni a la de tres (ya se sabe que hay nazis que son tan pillos que ni de un tiro en la cabeza, oye). Nos pareció que hay una especie de patrón según el cual cada tipo de enemigo nos exige usar cierto tipo de munición, ya que acabar con ellos se nos hará más cuesta arriba a no ser que demos con la horna de su zapato. Darnos cuenta de esto nos llevó un muy buen rato, así que tampoco pudimos comprobarlo de lleno. Aun así, todo indica que está hecho con vistas a que recurramos a diversos tipos de armas para ir sacando provecho de cada una sobre la marcha.

Nuestra misión al arrancar la demo fue infiltrarnos como polizonas en una aeronave, donde nos deleitamos con varios momentos de la trama con un tono muy acorde a los predecesores de Youngblood. Vimos cómo las gemelas pasaban de fases de plataformeo en primera persona a darlo todo en combate. Como ya es costumbre, al principio nos toca ponernos en modo sigilo y movernos a la par para acabar con los guardias sin llamar la atención siempre que sea posible. Pero claro, llegará un punto en el que las cosas se nos vayan de madre y lluevan las balas, el típico momento en el que todo se reduce a apuntar bien, inspeccionar el entorno y usar las habilidades (y los gestos de ánimo) para seguir en pie y avanzar.

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En la segunda parte de la demo volvimos a pisar tierra, concretamente en las calles de París. Nuestro objetivo era encontrar a la Resistencia, que se oculta en las catacumbas bajo la ciudad, mientras nos las veíamos con unos cuantos soldados en el camino. Mientras recorríamos las calles del París ocupado arma en mano, nos venían constantemente a la cabeza el diseño y el estilo tan propios de Arkane, con edificios imponentes, rutas alternativas en cada nivel, y muchos guardias haciendo la que, sin ellos saberlo, sería su última patrulla. En lo que progresábamos buscando gresca, vimos cómo las zonas algo más amplias se conectaban unas con otras a través de callejones donde parecía concentrarse la acción. Tratamos de sacar partido del entorno siempre que nos era posible, lo que a menudo implicaba bien andar a hurtadillas o bien sentarnos a coser a los malotes a balazos desde una torreta.

Mientras probábamos varias formas de matar, de los métodos más sigilosos a explosiones de película, y a tiros contra los constantes grupos de nazis con blindaje suficiente como para revestir un tren, lo cierto es que el rollo Wolfenstein estaba muy presente. Puede que el ritmo fuera algo más acelerado de lo que estamos habituados, pero a la par de lo visto en otras entregas. Además, la inclusión del componente cooperativo está muy currada, aunque nos preguntamos cómo va la cosa cuando juguemos en solitario con la ayuda de la máquina (no pudimos comprobarlo durante la demo).

Wolfenstein: Youngblood aspira a mezclar el rollo años 80 con las mecánicas que tan bien representan esta franquicia, todo ligado con el nuevo enfoque multijugador que tan bien parece cumplir al fortalecer la química entre las hermanas. La demo que jugamos era bastante sólida salvo por un par de cosas a pulir, pero no nos cabe duda de que Machine Games y Arkane Studios tendrán tiempo de sobra para dar los últimos retoques a este shooter cooperativo antes de su estreno en PC y consolas el 26 de julio.

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