Análisis de Xcom: Enemy Within

Cada vez que veo la palabra Xcom, me lleno de una maravillosa sensación de nostalgia. El juego original de DOS de 1994 UFO: Enemy Unknown es el título que me hizo un jugón. Su rico meta-juego, combinado con un combate táctico sobre el terreno que no se había visto hasta entonces en ningún videojuego derivaban en una experiencia y en una atmósfera que creo que no ha sido superada 20 años después. La misión de Firaxis no era baladí.

Cuando el estudio y 2K relanzaron la serie Xcom el año pasado, lo hicieron con gran respeto por el original, a la vez que incorporaban algunos cambios necesarios para llevar la experiencia al nivel que esperan los jugadores de hoy. Pero aun así, me dejaba la sensación de que faltaba algo, y por lo tanto tenía grandes esperanzas puestas en esta expansión, esperando que pudiera completar los factores en los que sentía que Xcom: Enemy Unknown no cumplía mis expectativas.

La historia del nuevo Xcom: Enemy Within es básicamente la misma que hace un año. Los alien llegan a la Tierra y pronto nos enseñan a los pobres terrícolas quién manda aquí. La humanidad, no obstante, había predicho que algo así podría ocurrir, de modo que deciden desempolvar la iniciativa Xcom. Como muchos sabréis a estas alturas, se trata de una organización internacional secreta especializada en la lucha contra la amenaza extraterrestre. Como novedad esta vez ocurre que no todo el mundo coincide en que los alien sean una amenaza contra la que hay que luchar. El grupo terrorista Exalt trabaja duro para evitar que los miembros de Xcom espanten a los seres de otro mundo.

Es aquí donde Xcom: Enemy Within encuentra su significado literal. La organización terrorista aporta en esta oferta expandida un meta-juego aún más rico, en el que la organización lucha contra ti extendiendo el pánico mediante propaganda. Además, ejecutan varias misiones de sabotaje que pueden mermar tus recursos o arruinar tu investigación. Si no tienes a los Exalt bajo control, pueden causarte buenos problemas.

Cuando descubres tamaña amenaza, puedes enviar a uno de tus agentes a espiar la célula terrorista que haya intentado sabotear tus esfuerzos. Tras un tiempo concreto, debes entonces enviar a tus tropas para extraer al agente. Aquí se activa una de dos: o una misión de sabotaje en la que te cuelas en su base y descargas información desde sus terminales, o una misión al estilo rey de la colina en la que debes proteger un transmisor que has desplegado del ataque de oleadas de soldados Exalt.

Sin embargo, el verdadero reto de enfrentarse a los Exalt son las estrategias que emplean cuando te topas con ellos en el campo de batalla. Al fin y al cabo son seres humanos y no alienígenas, y por lo tanto son capaces de pensar como lo harías tú mismo. Donde los alien normalmente deambulan en pequeños grupos y no hacen nada en particular antes de detectarte, los agentes Exalt te darán caza mediante muchas de las tácticas que tú adoptarías en su situación. Un francotirador buscará una posición elevada, esperando el momento para el disparo perfecto, mientras que las tropas de tierra gastarán sus botiquines e intentarán volar tu posición defensiva con un acertado cohete antes de iniciar el ataque. Pasar desapercibido, intentando derribar grupos de enemigos uno a uno, tampoco funciona aquí, pues estos terroristas se comunican entre sí y traerán refuerzos cuando se vean en inferioridad numérica.

Para plantar cara a esta nueva amenaza, la expansión viene con muchas mejoras para tus soldados, y aquí es donde el título Xcom: Enemy Within adquiere un significado más filosófico. Ahora podemos mejorar a nuestros soldados a nivel genético, o sustituir todos sus miembros y convertirlos a la nueva clase MEC.

Estas innovaciones resultan extremadamente útiles. Las modificaciones genéticas nos permiten personalizar los soldados de varias formas. Por ejemplo, un cambio genético en la estructura ósea de un soldado hará que regenere algo de salud en cada ronda, mientras que los ojos evolucionados genéticamente pueden aumentar la precisión de los francotiradores.

Pero si las modificaciones genéticas suponen pequeños ajustes, el soldado MEC es una renovación total. Elegimos uno de nuestros hombres y le cambiamos las extremidades -sí, al estilo Robocop- con máquinas y dispositivos mecánicos. El soldado MEC puede entonces operar los llamados MEC, enormes trajes robóticos con poderosas armas. Así, se convierten en tanques andantes, un rol que se echaba muy en falta en el juego original, que se coloca en primera línea para absorber proyectiles y machacar las posiciones defensivas del enemigo.

Ahora también podemos mejorar los soldados otorgándoles medallas que suben sus 'stats' por los esfuerzos heroicos. Con todos los ajustes que existen tras la expansión, la inversión en cada soldado es aún mayor. Personalmente, siento que tengo un lazo más fuerte si cabe con ellos. La 'permadeath' o muerte permanente nunca parece más injusta que cuando uno de tus hombres, al que has pasado horas entrenando, y ahora potenciando con medallas y modificaciones genéticas, de repente se desploma en el suelo tras recibir el impacto de un acertado proyectil de plasma.

Con todos estos avances uno podría pensar que el juego se ha hecho algo más complicado y a la vez mucho más fácil. Nada más lejos de la realidad, porque los alien también estrenan nuevos juguetes. Sus MEC, llamados Mectoides, vienen con doble cañón de plasma, y pueden disparar dos veces por ronda si no se mueven. Combinados con sus 20 HP (en Normal), junto a un escudo de 6 si se unen cerebralmente con un Sectoide, requieren una buena ración de fuego concentrado por parte de todo el equipo antes de morder el polvo.

La nueva unidad enemiga Seeker, por su parte, es capaz de hacerse invisible, de modo que se especializa en dar caza a soldados que van por su cuenta y riesgo. No constituyen una amenaza considerable para un grupo completo, pero si enganchan sus tentáculos alrededor de un soldado que se ha quedado solo, su muerte es cuestión de tiempo. Por lo tanto, dejar que tu francotirador se plante en solitario en una colina, para ir derribando alienígenas desde la distancia, es ahora enormemente peligroso.

Aun así, lo que de verdad cambió mis prioridades tácticas en tierra es el nuevo recurso, Meld. Este recurso hace falta tanto para las modificaciones genéticas como para los MEC, y como el Elerium y las Aleaciones Alien sólo se puede conseguir directamente del enemigo. Tiene un número limitado de rondas antes de auto-destruirse, por lo que me suelo ver tentado a romper mi formación defensiva y enviar soldados de un trote a por los recursos de los nodos.

Los mapas también estrenan una renovada y muy necesaria variedad. Firaxis ha sacrificado parte de la calidad individual para crear un número considerablemente mayor de los mismos, pero parece la decisión más acertada. Hay tantos mapas distintos ahora que cada misión parece única, y como los UFO (OVNI) pueden ahora aterrizar en zonas urbanas, los rescates son mucho mejores.

Además, existen varias misiones especiales nuevas que se desvían de la fórmula estándar. Una cosa concreta que he echado de menos es recibir ataques alien sobre mi base, mientras que la misión Reconocimiento del Lugar es una de las experiencias más intensas que he tenido con el juego hasta ahora. En general, el aumento de nuevos mapas y misiones realmente aporta lo suyo tanto a la jugabilidad como a las ganas de re-jugar.

Aun así, como acérrimo fan de la serie, todavía echo de menos algunos pequeños detalles. Todavía estamos limitados a un máximo de seis soldados, y todavía no se puede llevar más equipamiento que el que pueden llevar los soldados por su cuenta. No pasa nada en las misiones más pequeñas, pero en zonas más grandes como las bases alien o a bordo de los OVNI de mayor tamaño, tanto la tripulación como los recursos escasean.

Mi principal objeción ante esta extensión de contenido es, sin embargo, su precio. 29,99 euros por una expansión de este tamaño puede parecer algo exagerado, pero al final también puede ser un precio justo. Pero que los jugadores de consola tengan que comprar la Commander Edition por unos 40 euros, pese a que ya podrían tener Xcom: Enemy Unknown, es claramente injusto. El argumento de que la expansión es demasiado grande como para servirla como contenido descargable no es excusa para vender en tiendas exclusivamente la expansión junto al original. Dicho esto, para nuevos jugadores la relación con el precio es genial.

Xcom: Enemy Within hace justo lo que debería hacer un pack de expansión. Perfecciona un juego que ya era genial, y le pone la guinda con un contenido variado donde el original resultaba a veces un poco repetitivo o vacío. El precio es alto, especialmente para los fans consoleros, pero si te encantó el juego del año pasado, merece la pena. El re-lanzamiento de la serie Xcom por parte de Firaxis se acerca ahora muy mucho a dejarme la sensación mágica que me proporcionaba el clásico de 1994, y eso es todo un logro.