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Call of Duty: Modern Warfare Remastered

Y así fue como Infinity War conquistó el mundo

Echamos la vista atrás para comprender qué hizo tan exitoso a Modern Warfare y por qué otros juegos de la saga no llegan a lo que logró Infinity Ward.

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Hoy día, se usa Call of Duty como un insulto. Tras años de lanzamientos anuales, una minoría muy ruidosa ha perdido el interés y cuando el más grande no es el mejor, es fácil hablar mal de él. Es un poco como lo de Metallica pero de los videojuegos. Pero no nos olvidemos lo alucinante que fue Call of Duty. El primer, creado por Infinity Ward como intento de acabar con el Medal of Honor, fue bien recibido por las críticas . En aquella saga trabajaron personas clave antes para EA, pero después se marcharon y formaron un nuevo estudio que encontró un hogar en Activision. Sin embargo, fue con Call of Duty 4: Modern Warfare (para mucha gente es su favorito de la saga) cuando revolucionaron el género de la acción, estableciendo así un nuevo listón para lo que puede, debe y tiene que ser un shooter militar en primera persona.

Call of Duty: Modern Warfare Remastered
El estreno de Modern Warfare en 2007 cambió el juego de la noche a la mañana.

La semilla plantada en 2007 ha florecido desde entonces y se ha convertido en un enorme árbol cuya sombra cubre casi todo este género. No hace mucho esto era impensable. EA le quitó el polvo a la licencia de Medal of Honor e hizo su equivalente a Modern Warfare, y el resultado son dos títulos que nadie recuerda hoy. La saga Battlefield de DICE consiguió atenerse a lo que hace Battlefield ser Battlefield, pero es fácil encontrar rastros de ADN de Call of Duty por aquí y por allá si te fijas con atención. Quizá donde más se nota es en sus esfuerzos por crear el modo de un jugador. Incluso el gran Halo fue "infectado", como cuando sacaron Halo 4 con las recompensas basadas en las rachas de asesinatos y el acople de las ventajas en la personalización de clases. Incluso las cámaras de muertes hicieron acto de presencia.

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¿Qué fue lo que hizo exactamente Call of Duty 4: Modern Warfare para ser tan revolucionario, innovador e influyente? ¿Para que el resto de la industria de repente se sienta obligada a "seguir al líder"? ¿Qué fue lo que hizo Infinity Ward para ser pioneros y tener tantos seguidores?

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Son muchos los estudios que trataron de imitar lo que hizo Infinity Ward en Call of Duty 4, pero no lo consiguieron.

Hay una respuesta fácil: el juego era increíblemente bueno y accesible para un gran número de jugadores. Cuando algo sale a la luz y es apreciado como lo fue Modern Warfare, otros intentan rascar algo. El juego fue recibido con los brazos abiertos por la presa gaming y la única queja que todos pusieron era que la campaña podría haber sido más larga. Pero, específicamente, ¿qué era lo bueno del juego? Como la saga Call of Duty tiene mala fama por no haber jugado demasiado con la fórmula, uno debería preguntarse cómo es que ni Infinity Ward, ni Treyarch ni Sledgehammer han podido superar la cuarta entrega.

Creemos que tiene mucho que ver con que Call d Duty 4: Modern Warfare modernizó el "shooter realista". La premisa y la forma en la que se presentó la historia hizo más fácil que fuera creíble hoy en día, sobre todo para alguien que esté enterado de la inestabilidad política que había y hay en Oriente Medio. Los acontecimientos que tienen lugar en Modern Warfare son tan realistas que te parecen que suceden de verdad, especialmente en comparación a sus sucesores. Esto significaba que el conflicto general del juego se hace palpable y fácil de entender del tirón. El juego tuvo un éxito inmediato gracias a la escena introductoria donde el presidente de Arabia Saudí, Yasir Al-Fulani, es ejecutado debido a las acusaciones sobre que había apoyado al mundo occidental para beneficio propio, todo en directo. Antes de eso, nos enseñan una desagradable imagen sobre un país en llamas en el cual los ciudadanos son asesinados por la calle.

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Modern Warfare ofreció una excelente interpretación de la guerra con la que fácilmente podrías empatizar.

Este arraigado sentido del realismo se extendió incluso en la forma en la que se jugaba. En la misión de entrenamiento, Infinity Ward deja claro que no es un shooter caótico y arcade sino que te tienes que tomar tu tiempo y apuntar a los objetivos adecuadamente o usar estratégicamente coberturas para avanzar en el campo de batalla. Además, no necesitabas gastar todo el cargador en los enemigos, si no que con un par de disparos en el cuerpo es suficiente. Esta vulnerabilidad es aplicable al jugador también, sobre todo en niveles de dificultad más alta. Pero esta vulnerabilidad también ayudó a conseguir ese realismo e hizo de los enfrentamientos algo emocionante y peligroso.

Los personajes del juego encajaban a la perfección en todo esto. La forma más común que tienen las desarrolladoras de hacer que los jugadores se encariñen con los personajes es que tengan pequeños momentos a solas (Infinity Ward ha vuelto a hacer esto en Infinite Warfare, donde obviamente quieren que sientas un vínculo de amistad con esa gente que va a la guerra contigo), pero en Modern Warfare no hay nada de eso. No hay ninguna escena donde el Capitán Price, Gaz y Soap se sienten a tomar un café entre misión y misión, hablar sobre sus hijos esperándoles en casa y de lo cabreados que estaban porque su equipo favorito ha perdido en la Premier League.

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El Capitán Price es, tal vez, el personaje más emblemático de la saga y eso que no sabemos nada de él ni de su vida personal. Sin embargo, se le veía auténtico. Sientías a todo tu equipo así, no como una panda de matones ficticios. Los respetabas, quizá porque eran, ante todo, profesionales, hombres decididos que estaban dispuestos a arriesgar su integridad física y su vida por un trabajo bien hecho. La forma en la que se hablaban entre ellos y al jugador era auténtica y cuando estaban en problemas, nadie bromeaba diciendo que no llegarían a la cena ni nadie anunciaba que "le gustaban los retos". Nunca se trivializó el conflicto. Esto daba una cierta tensión a la misión, ya que ninguno de los personajes involucrados se sentían como caricaturas y por tanto que fueran vulnerables. El jugador no podía estar seguro de que todos los personajes volvieran a casa ilesos, haciendo que cada éxito fuera más épico e inolvidable.

Inifinty Ward tenía bastantes agallas matando a sus personajes. El soldado Paul Jackson, que el jugador controlaba en el bando americano, fue asesinado en una explosión nuclear a mitad del juego, una escena que se volvió icónica por lo inesperado de la situación. Infinity Ward nos dio la esperanza de que nuestro personaje hubiera sobrevivido a la catástrofe cuando escapamos del helicóptero estrellado y por un minuto asimilar y procesar el infierno en el que nos encontramos completamente solos.

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Este caballero con bigote se ha convertido en algo así como en una figura representativa de la saga, aunque no ha salido en la mitad de los juegos.

La gente recuerda claramente cómo se presentaron las tragedias. Cuando Jackson murió de repente y el juego siguió como si nada, no sabíamos que esperarnos. ¿Lo haríamos si quiera? Cuando cerca del final. Gaz recibe un disparo en la frente, se muestra sin tonterías, sin escena final donde un héroe cliché muere por nosotros o agoniza en nuestros brazos llorando; fuimos testigos a cierta distancia de cómo terminó en desventaja y de cómo tuvo que pagar el precio más alto. La falta de la típica "escena triste" no hizo la escena menos terrible sino todo lo contrario, porque se sentía real.

La moderación es la clave aquí. El control y la sutileza (menos es más) eran dos de las más importantes filosofías que hizo de The Last of Us la obra maestra que es, algo más que una fiesta de matar zombis entre tantas otras. Modern Warfare no intentaba obligar a los jugadores a aceptar un nuevo conjunto de piezas cada quince minutos. Por otra parte, había elementos que rompían con la fluidez de la acción momentáneamente, y lo que más estaca es el famoso AC-130. El equipo a bordo de este bombardero era aterradoramente indiferente al infierno que desataba en las tropas enemigas de debajo. No notabas ninguna emoción en sus voces cuando confirman que sus bombas han alcanzado a su objetivo, es un día más de trabajo para ellos y eso, una vez más, dio credibilidad al juego, especialmente en el año que Estados Unidos y sus aliados masacraban con más fuerza Irak con una tecnología como los UAV que la sociedad estaba empezando a conocer y a entender.

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Manteniendo una mano en el freno, Infinity Wars logró crear un juego que nunca va a dejar de ser emocionante.

Y ni siquiera hemos mencionado la legendaria misión "Todos camuflados", donde juegas como el Capitán Price, infiltrado en un área de Chernobyl controlada por el enemigo. Junto a su superior, solos, con nada más que rifles de precisión silenciados y unos trajes de camuflaje. Repentinamente, tenías que elegir cuidadosamente a los objetivos que deben ser eliminados y también tenías que elegir de los que simplemente puedes pasar sigilosamente. Cuando te pillaba un convoy de soldados armados hasta los dientes y tanques, solo podías quedarte quieto en la hierba, con la esperanza de que no notaran tu presencia. Era una escena increíblemente tensa que acabó siendo muy aplaudida por su ritmo.

Desde que Call of Duty 4: Modern Warfare salió al mercado, las siguientes entregas no han hecho mucho más de lo que hizo el estándar en 2007. Hemos visto morir a personajes de formas horribles (la más destacable entre las escenas de muertes en las secuelas en donde el General Shepard les prende fuego a Roach y a Ghost en Modern Warfare 2), porque ahora eso es parte de lo que esperas en este tipo de juegos. Hay cosas que siempre son efectivas la primera vez que se hacen. Rara vez en la historia la repetición da el mismo resultado, y añadir jetpacks y enemigos robots no son realmente la innovación que la saga necesita para superar a Modern Warfare. Tiene volver a plantearse de arriba a abajo, volver a sorprendernos. Si eso es posible, claro.

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Imitar al rey no es una ruta sencilla al éxito, como muchos ya han descubierto.

Por supuesto, no se puede olvidar lo importante que fue el multijugador para el éxito del juego. Ya lo hemos mencionado, otras franquicias copiaron cosas como la racha de bajas, la gestión del equipo y la cámara de muertes, pero estamos totalmente convencidos de que se puede conseguir el éxito de nuevo solo con una palabra: simplicidad. En comparación a la mayoría de las sagas modernas de videojuegos, había menos opciones para personalizar el equipo que llevabas a los combates, pero eso bastaba. No podías equipar tus armas con más de un accesorio a la vez, no había cinco tipos de granadas diferentes y cinco opciones de tácticas diferentes, sino que había el número justo de todo. El juego ofrecía tres rachas de bajas. Tres muertes consecutivas te recompensaban con un UAV para chivarte la posición de los enemigos en el radar, con cinco muertes ganabas los bombarderos y con siete, el helicóptero. Eso era todo lo que tenía y era suficiente. Modern Warfare nunca fue abrumador en este aspecto y es algo que apreciamos bastante a posteriori.

Con Modern Warfare, Infinity Ward se dio cuenta que la complejidad no es sinónimo de profundidad; un espectáculo pomposo no significa drama y que menos, a veces, significa más. Es algo que sentimos que los desarrolladores de Call of Duty han perdido de vista. Siempre tratan de ser más y más grandes, pero nosotros creemos que deberían frenar un poco si quieren volver a conquistar el mundo otra vez.

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